Isabel, de 96 años, estará ausente este viernes del recorrido previsto en el carruaje de oro de la monarca, para rememorar el que hizo 70 años atrás, asumir el trono. En su lugar estará Carlos, heredero del trono.

Con un peso de cuatro toneladas, el carruaje de 250 años de antigüedad es un recordatorio de la riqueza y la gloria pasadas del antiguo dominio británico en los océanos y otros continentes. La reina viajó en él a su coronación y en sus procesiones del Jubileo de Plata y Oro.

Por eso, se afirma que, pese a que no se espera un cambio en el trono próximamente, las actividades del Jubileo son un signo del comienzo de una transición con el heredero, quien de hecho sustituyó a la reina públicamente en varias compromisos.

Isabel padece problemas de movilidad propios de su edad, que hicieron que rechace participar de la mayoría de los eventos. Y apenas se la ha visto en público durante los últimos seis meses.

Esta es además la primera gran ceremonia real en la no estará el príncipe Felipe, fallecido el año pasado, y quien siempre la acompañó en estas celebraciones.

Carlos también encabezó el Real Servicio Santo en abril, una de las ceremonias religiosas más antiguas de la familia real británica, en la que, por tradición, el monarca entrega dinero a los necesitados, y quien leyó el discurso de la reina en la inauguración del Parlamento a principios de este mes.

“Este fin de semana es una despedida de siete décadas de servicio público, de su presencia en los actos solemnes que cada año impactan la esfera pública”, concluyó Dymond.