También en Tennessee, donde la IVE ya estaba prohibida después de las seis semanas, la nueva normativa establece que quienes practiquen abortos pueden ser condenados a prisión. Este estado sureño, al igual que Texas, no prevé excepciones en casos de violación o incesto, y los observadores creen que la ley no es clara en caso de intervención para salvar a la madre, reportó la agencia de noticias AFP.

En tanto, en Idaho (noroeste), el nuevo texto establece penas de dos a cinco años de cárcel a quienes hayan practicado una IVE, salvo en caso de incesto o violación. Sin embargo, un juez federal bloqueó parte de esta ley anoche y el estado no podrá procesar a los médicos que procedan a un aborto para proteger la salud de la mujer.

En la víspera, una decisión judicial inversa había sido adoptada en Texas, lo que ilustra la confusión en torno a las batallas legales que se están multiplicando en todo el país.

Un total de 16 estados -11 de ellos por completo- instalaron restricciones al aborto en Estados Unidos, luego que la Corte Suprema más conservadora de los últimos 90 años decidiera anular la sentencia que garantizó el derecho constitucional a la IVE durante casi medio siglo.

Según un análisis del diario The Washington Post, una de cada tres mujeres han perdido el acceso a la mayoría o a la totalidad de los servicios de aborto. “Vivimos en una crisis de salud pública (…) Las personas que viven en estos estados tienen menos derechos que aquellas que viven donde el aborto sigue siendo legal”, dijo en un comunicado Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood, el mayor prestador estadounidense de servicios de salud reproductiva.

En consecuencia, afirmó que las pacientes ahora deben viajar cientos o miles de kilómetros para acceder al aborto, mientras que quienes no pueden pagar el viaje se ven obligados a seguir con sus embarazos y asumir riesgos médicos y consecuencias que cambiarán sus vidas.

A largo plazo, cerca de la mitad de los estados del país norteamericano, especialmente los del centro y el sur conservador y religioso, podrían proscribir o restringir fuertemente el derecho al aborto.

En Indiana, una ley de ese tipo entrará en vigencia el 15 de septiembre. Por el contrario, los estados gobernados por demócratas buscan constituirse en “santuarios” del derecho al aborto.

El presidente estadunidense, el demócrata Joe Biden, hizo de la defensa de la IVE uno de sus temas de campaña para movilizar a su base electoral, en particular a las mujeres, de cara a las elecciones de noviembre, que amenazan su frágil mayoría en el Congreso.

Dos victorias recientes dieron esperanza al campo demócrata. A principios de agosto, los votantes de Kansas, un estado tradicionalmente de derecha, votaron a favor de mantener la garantía constitucional del aborto, mientras que el pasado martes un demócrata que hizo campaña por el derecho a la IVE ganó contra su oponente republicano en una elección en un distrito muy disputado del estado de Nueva York.