Tras varios días de creciente presión sobre Berlín, la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, indicó que Alemania no se opondría si Varsovia le solicita autorización para entregarle los blindados a Ucrania. “Pediremos ese acuerdo”, declaró ayer el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki.

“Incluso si no obtenemos su acuerdo, daremos nuestros tanques a Ucrania, junto con otros países, en el marco de una pequeña coalición, incluso si Alemania no forma parte”, añadió, ante la falta de definiciones al respecto.

Ucrania ha criticado la “indecisión global” de sus aliados a la hora de proporcionarle tanques, una postura que, según Kiev, está “matando a más gente”.

Idas y vueltas

Este mes, Polonia había anunciado que estaba dispuesta a enviar 14 tanques Leopard a Ucrania, pero que estaba esperando el visto bueno de Berlín al respecto. El Gobierno alemán, en tanto, insistía en la necesidad de que todos los aliados trabajen conjuntamente.

El portavoz de Scholz reiteró ayer esa idea al afirmar que el Gobierno de Berlín “no descarta” la entrega de blindados, pero añadió: “eso todavía no se ha decidido”.

Marcada por la Segunda Guerra Mundial, Alemania intenta mantener un perfil bajo, actuando de forma silenciosa y discreta en la escena internacional, cuando se trata de conflictos. Sobre todo en momentos en que Rusia dice que la entrega de material militar más pesado a Ucrania conllevaría un riesgo serio de derrame del conflicto.

Según la legislación alemana de control de armas, Polonia –como cualquier otro país que le compre armamento– necesita la aprobación de Berlín para entregarle los tanques Leopard a Ucrania, porque estos fueron producidos en Alemania. Esa ley busca evitar que armas fabricadas en Alemania terminen siendo utilizadas en zonas de conflicto en contra de los intereses del país.

En el terreno

En tanto, un dirigente de la ocupación rusa del este de Ucrania, Denis Pushilin, afirmó que había visitado Soledar, una ciudad de la región de Donetsk, en el este ucraniano, que Moscú aseguró haber conquistado este mes.

Pushilin, máximo responsable ruso para Donetsk, indicó el domingo por la noche que había visitado la localidad, arrasada por los combates, junto a Zurab Makiev, un diputado ruso.

El dirigente publicó un video en redes sociales en el que se ve a ambos hombres, armados y con uniforme militar, llegando en coche a Soledar. Según afirmaron, son los primeros responsables rusos que visitan ese municipio, cuya toma fue anunciada por Moscú el 13 de enero como una importante victoria.

Pushilin declaró ayer a la televisión estatal rusa que Soledar había sido “destrozada” y que “casi no quedan edificios enteros en pie”.

Según el Ministerio de Defensa ruso, la conquista de esa ciudad es un paso importante de cara a expulsar a las tropas ucranianas de Bajmut, una localidad minera, más grande, cerca de Soledar.

Pushilin apuntó que los combates en Bajmut se estaban “intensificando” y afirmó que las tropas rusas estaban avanzando, y que miembros del grupo de mercenarios ruso Wagner controlaban posiciones estratégicas cerca de Bajumt.

Ucrania no ha reconocido oficialmente la pérdida de Soledar.