Más de 12 años después de que se saldara la deuda con el FMI, la Argentina volverá financiarse con un préstamo de ese organismo. El encargado del anuncio fue el presidente Mauricio Macri, quien grabó y difundió un mensaje desde Casa Rosada en medio de la fuerte volatilidad del dólar que hoy volvió a marcar un nuevo récord al tocar los $ 23,66.

“Nuestra política depende mucho del financiamiento externo”, justificó el jefe de Estado para luego informar que ya se iniciaron negociaciones con la titular del organismo, Christine Lagarde, para cerrar el préstamo.

Macri no dio los detalles del préstamo. Luego habló el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien si bien no dijo cuál es el monto, aseguró que será “a la tasa más baja” que puede acceder el país. Pero según la agencia la agencia Bloomberg sería por unos u$s 30.000 millones. La Argentina deberá cumplir ciertos requisitos para acceder al crédito.

“Durante los 2 primeros años contamos con un contexto internacional favorable, pero eso está cambiando: suba de tasa de interés, devaluación de monedas emergentes. Somos de los países del mundo que más dependemos del financiamiento externo. Frente a esta nueva situación he decidido iniciar conversaciones con el FMI, para que nos otorgue una línea de financiamiento”, dijo el Presidente. Y agregó: “Esta decisión la tomé pensando en lo mejor para todos los argentinos. No mintiéndoles como siempre han hecho”.

Con esta decisión, la Argentina vuelve a financiarse con recursos del Fondo Monetario Internacional, 12 años después de que Néstor Kirchner canceló la deuda con ese organismo con reservas del Banco Central. Fueron cerca de u$s 9.500 millones los que gatilló en efectivo.

Ahora, el Gobierno regresa a ese organismo como parte de una batería de medidas para frenar la incertidumbre económica, en medio de la escalada del dólar y la persistente inflación. Esas acciones incluyen la suba de tasas de política monetaria por parte del BCRA, la baja del tope de dólares que pueden tener los bancos en sus bóvedas -de 30% a 10%-, y un ajuste de la meta de déficit fiscal de 3,2% a 2,7%. La consecuencia de esa última medida es que se recortará unos u$s 30.000 millones el presupuesto para la obra pública.

Cabe recordar que el mes pasado Lagarde estuvo de visita en la Argentina donde se reunió con el Gobierno e hizo un fuerte apoyo al “gradualismo” del económico de la gestión de Cambiemos.

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