El balance de la violencia desatada por las “Autodefensas Gaitanistas de Colombia” (AGC), el nombre político del Clan del Golfo, dejó 18 vehículos y seis motocicletas incineradas en poblaciones del departamento de Antioquia (noroeste), en la subregión conocida como el Bajo Cauca.
Mientras que en los departamentos de Sucre fueron quemados 10 vehículos y en su vecino Córdoba quemaron dos autobuses y cuatro motocicletas.
La situación obligó a Orlando Benítez, gobernador de Córdoba, a la prohibición desde este jueves y hasta el próximo lunes de la circulación de dos personas en una motocicleta y el porte de armas, además suspendió las clases en colegios públicos y privados.
En el sur del departamento de Bolívar fueron incinerados cinco vehículos, mientras que en Barranquilla, capital del Atlántico, dos hombres le prendieron fuego a un autobús. Ambos fueron arrestados por autoridades.
El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, redujo la situación a “tres obstrucciones de vía” y a “algunas afectaciones a automotores que han sido incinerados”, pero advirtió que “sigue la ofensiva contra este Clan del Golfo”.
“La fuerza pública ha previsto dispositivos dentro del Plan Democracia para dar protección y seguridad en aquellas zonas donde tiene influencia el Clan del Golfo, como potencial retaliación a la extradición de alias Otoniel”, afirmó.
Molano también reportó la captura de cinco personas, en las ciudades de Montería, Barranquilla y Cereté, señalados de ser miembros del Clan del Golfo.
La Fundación para la Libertad de Prensa expresó su “preocupación” en un boletín “por la censura que están sufriendo quince medios de comunicación” y que incluyen hostigamientos a periodistas por parte de hombres armados.
Otoniel, que hasta su detención en octubre 2021 fue el hombre más buscado de Colombia, fue extraditado el miércoles desde Bogotá a Nueva York para responder ante una corte por tráfico de cocaína.
El capo narco compareció este jueves ante el juez del tribunal de Brooklyn y se declaró inocente.
Hasta su captura, cerca de la frontera con Panamá, “Otoniel”, comandaba el cartel del narco responsable del 30% (unas 300 toneladas) de las exportaciones de cocaína del mayor productor mundial de esa droga.
Para el gobierno colombiano, su captura y posterior extradición es el golpe más contundente contra la mafia desde la muerte de Pablo Escobar, abatido por la policía en 1993.