“Eso no significa renegociar todo el acuerdo o empezar de cero“, sostuvo Amorim, que fue ministro de Exteriores de Lula durante sus dos mandatos entre 2003 y 2010.
La posición pone de manifiesto un delicado equilibrio para Lula, que ha hecho audaces promesas medioambientales al tiempo que ha reforzado viejos lazos con los dirigentes del sector agroalimentario que critican las exigencias medioambientales de Europa como hipócritas barreras al comercio.
“Sin que se convierta en un pretexto para el proteccionismo, creo que podemos reforzar las cláusulas sobre el clima”, dijo Amorim. “Tiene que ser un acuerdo equilibrado que tenga en cuenta el calentamiento global y la necesidad de un desarrollo sostenible y que, por otro lado, permita el desarrollo industrial con tecnología actualizada que debe ser verde”.
Amorim también sugirió “ajustes” al acuerdo, cuya negociación duró dos décadas, para mejorar las disposiciones sobre compras públicas, servicios y propiedad intelectual. Dijo que Lula cree en la necesidad de un acuerdo estratégico entre la UE y el Mercosur, creando la mayor zona de libre comercio del mundo.
Lula supera con claridad a Bolsonaro en las encuestas de opinión antes de las elecciones del 2 de octubre contra Bolsonaro.
“Con Bolsonaro en el Gobierno, no puede haber ningún acuerdo de Mercosur, eso está clarísimo“, dijo la diputada europea Anna Cavazzini, que la semana pasada encabezó una misión a Brasil para evaluar la amenaza que supone para la región amazónica la extracción ilegal de oro y la tala de árboles, algo que ha empeorado con el mandato del presidente de extrema derecha.
“Hay que renegociar el acuerdo para dejar absolutamente claro que no importamos bienes de zonas deforestadas”, señaló en una entrevista telefónica, y añadió: “No sé si necesitamos un acuerdo”.