En un principio se estimó que Kiev, la capital, podía caer en unas semanas, con una presión tal sobre el Gobierno de Volodímir Zelenski que lo obligara a salir del país y gobernar desde el exilio, o incluso que le permitiera al presidente ruso, Vladímir Putin, instalar allí un “gobierno títere o que al menos estuviera lejos de la influencia de Europa y de la OTAN”, como ejemplificó el historiador Martín Baña.

“Pero ya van seis meses de conflicto y nada de esto sucedió. Moscú no tomó Kiev, el conflicto se alargó y, sobre todo, no parece haber un final a corto plazo”, consideró este investigador del Conicet, que se ha dedicado a estudiar la historia de Rusia y que se animó a conjeturar que la guerra continuará al menos el resto del año.

Ante la resistencia ucraniana, que recibió un fuerte respaldo y asistencia militar de los países occidentales, especialmente de Estados Unidos, a fines de marzo Rusia decidió replegarse y concentrar su “operación especial” en el este, en la región limítrofe del Donbás, donde se ubican las provincias separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, epicentro actual de los combates y mayormente bajo dominio ruso.

Y, a su vez, ante el repliegue ruso, las tropas de Kiev fueron avanzando en las zonas que dejaron las fuerzas de Moscú e incluso se abocaron a reconquistar territorios, como los de la provincia de Jersón, en el sur del país, perdidos desde el inicio de la guerra.

Armamento

“A seis meses, los ucranianos, con sistemas de artillería de largo alcance, con mejor equipamiento, con algún equipamiento de base occidental ya orientado a pelear una guerra de desgaste, pueden eventualmente pensar algún tipo de operación de reconquista de una ciudad”, señaló Battaleme, en referencia a Jerson.

Es, de hecho, algo que podrían buscar las tropas de Zelenski también en Crimea, la península anexionada por Rusia en 2014, de gran valor estratégico y simbólico, donde en las últimas semanas se registraron una serie de explosiones que fueron consideradas presuntos ataques ucranianos.

Pese a que en algún momento, mientras hubo diálogo entre las partes, se consideró la posibilidad de ceder a la exigencia de Moscú de reconocer a Crimea como parte de Rusia, Zelenski dejó en claro recientemente que en este momento la postura ucraniana es otra: “Esta guerra rusa contra Ucrania y contra toda la Europa libre empezó con Crimea y debe terminar con Crimea, con su liberación”.

Agencia Télam