
Los futuros del gas neerlandés TTF -de referencia- se dispararon un 30%, mientras que la bolsa de Fráncfort bajó 2,2% y la de París, 1,2%.
Desde que ordenara la invasión de Ucrania el 24 de febrero, el presidente Vladímir Putin acusa a Estados Unidos y sus aliados de haberse embarcado en una guerra económica contra Rusia con las sanciones más severas de la historia contemporánea. Así, les ha advertido que enfrentarán una severa crisis energética.
Culpas
Los países de la UE han rechazado repetidamente el argumento de Moscú, al que acusan de militarizar el abastecimiento de energía. El portavoz del Gobierno alemán dijo ayer que la última suba del precio del gas forma parte de la estrategia de Putin. Asimismo, analistas advierten ya sobre la posibilidad de un racionamiento del suministro y anticipan que el Gobierno de Olaf Scholz deberá priorizar a los hogares por sobre las industrias, lo que aumentaría la inflación y la ralentización de la actividad.
Desde que comenzó la guerra, los clientes de la Unión Europea se han comprometido a reducir su dependencia de la energía rusa, al mismo tiempo que Moscú ha cortado o cerrado el suministro de tres de sus mayores gasoductos hacia el oeste y ha redirigido el flujo de petróleo hacia oriente.
El gigante del gas ruso Gazprom dijo el viernes que el gasoducto Nord Stream 1, la principal ruta de suministro a Europa, seguiría cerrado indefinidamente porque una turbina de una estación de compresión tuvo una fuga de aceite en el motor, lo que disparó los precios del gas en el mercado mayorista.
Cuando se le preguntó si el Nord Stream 1 reanudaría el bombeo si se suavizaban las sanciones, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo: “Definitivamente”.