Compareció ante el tribunal de Bad Kreuznach, en el oeste del país, reseñó la agencia de noticias AFP.

Este asesinato, que tuvo lugar en Idar Oberstein (oeste), conmovió a Alemania, donde se formó un virulento movimiento antibarbijo y antivacunas.

El acusado, también condenado por portar ilegalmente un arma de fuego, había tenido un primer altercado con el cajero sobre el uso de la máscara, antes de regresar una hora y media más tarde y dispararle a quemarropa.

Había desarrollado, según la acusación, rabia contra las medidas anticovid.

“Como sabía que no podía llegar a los responsables políticos, había decidido matar al joven empleado”, dijo la fiscal Nicole Frohn durante el juicio.

Después de confesar, afirmó que lo lamentaba.

En Alemania, la cadena perpetua dura un promedio de 20 años.

En este caso, no se encontró ninguna “gravedad particular de la culpabilidad” del acusado, lo que en teoría podría conducir a la salida del condenado después de 15 años.