
Al analizar el estado de la mayor economía del mundo, se mostró optimista, poco después de asegurar que en su país “ya terminó” la pandemia de coronavirus.
También predijo que su Gobierno contendrá la inflación, la principal razón de sus débiles índices de aprobación y la razón por la que la oposición republicana cree que pueden tomar el control del Congreso en las próximas elecciones de mitad de mandato de noviembre.
Consultado sobre la tensión con China desatada por la situación de Taiwán, Biden nuevamente pareció desafiar décadas de política estadounidense sobre la isla con la promesa de que enviaría tropas para defenderla si China intentara “invadirla”.
“Sí”, respondió, agregando que eso sucedería en caso de que China decida una solución militar sobre ese territorio cuya soberanía reclama en el marco de la política “Una sola China”, considerada una linea roja por Pekín.
Hasta ahora, Washington respetó esa doctrina bajo un formato que se conoce como “ambigüedad estratégica”, por la que reconoce la soberanía china sobre la isla con autogobierno pero se opone a cualquier intento de fuerza para acabar con el Gobierno de Taiwán.
Aunque Washington provee de armas a Taiwán, no existe una promesa clara de apoyo militar estadounidense directo.
La Casa Blanca dijo que las últimas declaraciones de Biden no indican un cambio.
En otro severo mensaje al mayor rival económico y geopolítico de Estados Unidos, Biden aseguró que había advertido al presidente chino, Xi Jinping, que no apoyara militarmente a Rusia en su invasión de Ucrania.
Afirmó que le dijo a Xi que la inversión estadounidense y de otros países en China se vería interrumpida y que pensar lo contrario sería “un error gigantesco”.
También dijo que si el presidente ruso, Vladímir Putin, utiliza armas nucleares u otras no convencionales contra Ucrania la respuesta de Estados Unidos será “relevante”. “No lo hagas. No lo hagas. No lo hagas”, dijo a Putin.
Pese a las bajas calificaciones de su Gobierno y las encuestas que muestran que los demócratas probablemente perderán el control de al menos una de las cámaras del Congreso, Biden dijo que es optimista. Señalando que el empleo está en auge y la economía es fuerte, Biden dijo que “esperamos que podamos tener, como se dice, un aterrizaje suave”.
En cuanto a las preguntas sobre si a su edad está física y mentalmente capacitado para continuar en el agotador trabajo, Biden respondió “mírame” y argumentó que la forma de juzgarlo es por sus actos.
Consultado por su fuente de inspiración cuando los tiempos se ponen difíciles, Biden mencionó a su hijo Beau, que murió en 2015, pero también la exhortación de sus padres de “simplemente levantarse” ante las adversidades, y concluyó la charla asegurando que tenía “mucho más que dar”.