Corría el año 2018 cuando en el Mundial de Rusia, el Grupo H, conformado por Colombia, Japón, Senegal y Polonia definían su suerte. La gran favorita a quedarse con el grupo era la selección sudamericana, que de hecho clasificó a la siguiente ronda con 6 puntos. Pero, todavía quedaba definir el segundo cupo que se definió de forma insólita.
El conjunto Nipón y el combinado africano se disputaban el segundo pasaje a los octavos de final pero no se cruzaban entre sí. La selección asiática jugaba con la ya eliminada Polonia mientras que Senegal haría lo propio con Colombia. Los dos no pudieron vencer a sus respectivos rivales y perdieron 1 a 0.
Pero lo curioso es que tanto Japón como Senegal tenían los mismos puntos (4 unidades), los mismos goles a favor y en contra (4) y habían empatado 2 a 2 el encuentro que disputaron entre sí. Por ende, estaban igualados en todos los aspectos. Todos, menos uno…
Dos amarillas dejaron afuera a la selección africana de la próxima instancia de la Copa del Mundo. Así es, dos cartulinas amarillas privaron a Senegal de acceder a los octavos de final debido a que en la primera ronda, los de Alou Cisse fueron amonestados en 6 ocasiones, 2 menos que los japoneses.
En octubre de 2016 la FIFA, al actualizar el reglamento del Mundial, decidió incluir el Juego Limpio (o Fair Play) como uno de los criterios de desempate en la Copa del Mundo. Mantuvo la diferencia de goles como primer criterio por delante del total de goles anotados en la fase de grupos y de los resultados en los duelos directos. El Juego Limpio es el cuarto criterio.