La responsable de Interior alegó como motivo para su dimisión haber usado su cuenta de correo personal para enviar un documento oficial a un colega, un “error” y una “infracción técnica” por la que aceptaba su “responsabilidad”. “Dimito”, escribió.

Sin embargo, en su carta de renuncia, Braverman aseguró asimismo que le preocupaba “seriamente” las políticas del Gobierno.

Crítica

“Fingir que no hemos cometido errores, actuar como si nadie pudiera ver que los hemos cometido y esperar que las cosas salgan bien por arte de magia no es una política seria”, escribió.

El exministro de Transporte Grant Shapps fue nombrado, horas después, como sustituto de Braverman.

Truss se ha enfrentado a críticas generalizadas por haber obligado a su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, a asumir la culpa de una propuesta presupuestaria que creó un tsunami financiero en el país.

Rechazada por la opinión pública y cuestionada dentro de su propio partido, la dirigente conservadora, aseguró ayer en una comparecencia ante el Parlamento que pretende mantenerse en el cargo.

Truss se describió como “una luchadora, no alguien que abandona”. “Estoy dispuesta a tomar decisiones difíciles”, insistió, pese al humillante abandono de casi la totalidad de las medidas que componían su plan económico.

A finales de septiembre, su ahora exministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, había presentado un paquete de medidas que giraban en torno a recortes masivos de impuestos y un colosal subsidio a las facturas energéticas de las familias, dos cuestiones que hicieron temer un descalabro en las cuentas públicas. La libra cayó a su nivel más bajo histórico y los rendimientos de los bonos de Estado a largo plazo se dispararon, lo que obligó a intervenir al Banco de Inglaterra para evitar una crisis financiera de magnitud.

El jefe de los laboristas Keir Starmer, se mofó de ella ayer entonando un “¡Fuera, fuera!”, que fue coreado por sus correligionarios. “¿Por qué sigue aquí?”, concluyó el líder de la oposición.

Nombrado de apuro el viernes, Jeremy Hunt anunció el lunes la marcha atrás de la casi totalidad de los recortes de impuestos presentados por su predecesor, dando la impresión de que ahora el poder está antes en sus manos que en las de la jefa del Gobierno.

Precios

Pese a que la inflación se situó en el 10,1% interanual en septiembre, su nivel más alto en 40 años, Hunt quiso tranquilizar a los británicos diciendo que las jubilaciones se adecuarán al alza de los precios.

“Este Gobierno da la prioridad a los más vulnerables al mismo tiempo que aporta estabilidad económica”, afirmó, advirtiendo de que, no obstante, será necesario recortar el gasto público.

La Oficina Nacional de Estadística británica (ONS) dijo ayer que el índice de precios al consumidor (IPC) aumentó 10,1% en términos anuales en septiembre. La noticia disparó un nuevo desplome de la libra.

De manera sensible, los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas fueron el principal motor de la inflación, ya que subieron un 14,5%, su mayor salto desde abril de 1980, según las estimaciones históricas del IPC.

Austeridad

Muchos temen un regreso a las políticas de austeridad, como durante la crisis financiera de 2008, que dio lugar a recortes drásticos en el presupuesto público y a un aumento del desempleo.

Según un sondeo de YouGov, solo uno de cada diez británicos y uno de cada cinco electores del Partido Conservador tiene una opinión favorable de Truss.

El 55% de los miembros del partido mayoritario estiman que tendría que renunciar, mientras que el 38% quieren que continúe en su cargo.

A dos años de las próximas elecciones parlamentarias, la oposición laborista aventaja claramente a los conservadores en los sondeos.

Cinco diputados de su partido ya han exhortado públicamente a Truss a que deje el cargo, pero

a falta de un sucesor claro, los conservadores son reticentes a lanzarse en un nuevo y desgastante proceso para designar un líder.

“No creo que lanzarnos a una nueva campaña, deshaciéndonos de otro primer ministro, vaya a convencer a los británicos de que pensamos en ellos” ni va a tranquilizar a los mercados, advirtió el miércoles el ministro de Relaciones Exteriores, James Cleverly, a la cadena Sky News.