Las autoridades chinas afrontan el mayor movimiento de protesta desde las manifestaciones prodemocracia de 1989, que fueron reprimidas brutalmente.

En este contexto de tensión, Pekín espera este miércoles la visita del presidente del Consejo Europeo Charles Michel, que tiene previsto reunirse el jueves con el presidente chino Xi Jinping.

Mientras tanto, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, criticó la represión desplegada en el gigante asiático, que según él no es “un signo de fortaleza” sino de “debilidad”.

El máximo organismo de seguridad de China pidió el martes “medidas enérgicas” tras varios días de protestas en las principales ciudades del país contra casi tres años de estrictos confinamientos por el covid-19, en un contexto de frustración pública con el sistema político chino.

Este fin de semana estallaron manifestaciones en la capital, Pekín, y otras ciudades como Shanghái y Wuhan, que pillaron desprevenido al poderoso sistema de seguridad chino.

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Continúan las protestas en China.

Enfrentamientos y detenciones en Cantón

Pese a que las autoridades estrecharon el cerco para impedir nuevas concentraciones, se registraron la noche del martes choques entre manifestantes y la policía en Cantón, según testigos y videos publicados en las redes sociales y autentificados por AFP.

Las imágenes muestran a agentes de policía vestidos con trajes blancos de protección integral y equipados con escudos antidisturbios, avanzando en filas por una calle del distrito de Haizhu.

En los videos se escuchan gritos, mientras se derriban barricadas naranjas y azules.

Las imágenes dan cuenta además de la detención de una decena de hombres que eran llevados con las manos esposadas.

Un habitante de Cantón de apellido Chen dijo el miércoles a AFP que observó a unos 100 policías en la aldea Houjiao, en el distrito de Haizhu, donde detuvieron a al menos tres hombres la noche del martes.

Varios distritos de Cantón levantaron las restricciones en algunas zonas confinadas el miércoles por la tarde, según anunciaron las autoridades.

Estudiantes universitarios de la ciudad dijeron que se vieron obligados a abandonar sus dormitorios el martes por la noche o que se enfrentaban a ser puestos en cuarentena, según publicaciones en las redes sociales.

Tras las protestas en los campus universitarios el pasado fin de semana, un número cada vez mayor de universidades ha declarado el inicio anticipado de las vacaciones, obligando a los estudiantes a volver a sus casas.

Las consecuencias negativas de las restricciones

El detonante de esta movilización nacional fue el incendio de un edificio de apartamentos en Urumqi, capital de la región noroccidental de Xinjiang, en el que murieron 10 personas.

En las redes sociales internautas dijeron que la ayuda tardó en llegar debido a las restricciones sanitarias, lo que negaron las autoridades.

Pero las protestas también han tomado un cariz político, y algunos manifestantes piden la dimisión del presidente Xi Jinping.

En Pekín y Shanghái la fuerte presencia policial desalentó cualquier intento de manifestación. Pero el lunes y el martes se celebraron concentraciones esporádicas.

En la universidad más antigua del territorio semiautónomo del sur de Hong Kong, una docena de personas dirigieron a una multitud con cánticos de “¡dame libertad o dame muerte!”.

“No somos fuerzas extranjeras, somos ciudadanos chinos. China debe permitir que se escuchen diferentes voces”, declaró un manifestante.

En Hangzhou, a 170 kilómetros al suroeste de Shanghái, se produjeron pequeñas manifestaciones el lunes por la noche, a pesar de la presencia policial.

Un testigo dijo que “unos 200” policías y agentes del orden rodearon a los manifestantes, antes de cargar a manifestantes en una furgoneta.

El férreo control de la información por parte de las autoridades y las restricciones sanitarias para viajar dentro de China dificultan la evaluación del número total de manifestantes en el país.

Pero un levantamiento tan generalizado es poco común, dada la represión de cualquier forma de oposición frontal al gobierno chino.

Aunque Pekín mantiene por el momento su estricta política sanitaria, en los últimos días ha habido algunos signos de relajación.

Las autoridades han prometido también acelerar la vacunación de los ancianos. La insuficiente tasa de vacunación en China, especialmente entre las personas mayores, es uno de los argumentos del gobierno para mantener sus medidas.