
Las autoridades de Brasilia informaron del hallazgo de 40 kilos de explosivos el en la localidad de Gama, en la periferia de Brasilia, donde el material fue detonado para su neutralización a las 22.30 hora local del domingo.
El caso quedó bajo la órbita de la Justicia de Brasilia, donde el próximo domingo se realizará la ceremonia de toma de posesión de Lula da Silva con la presencia de unos 30 jefes de Estado y de Gobierno extranjeros y la participación de miles de personas que deben llegar de diversos estados.
El diario O Estado de São Paulo informó ayer que la Secretaría de Seguridad de Brasilia va a revisar su esquema en torno del mandatario electo.
El terrorista frustrado, George Washington de Oliveira Sousa, un seguidor de Bolsonaro, fue acusado de terrorismo.
El hombre confesó que la bomba era parte de un plan para “desatar el caos” e “impedir la instauración del comunismo en Brasil”.
Confesión
El plan, según el detenido, fue diseñado junto a otros bolsonaristas que se manifestaron frente al cuartel general del Ejército en Brasilia.
La idea era colocar al menos dos explosivos en lugares estratégicos, con el objetivo de llevar a la “declaración del estado de sitio en el país” y entonces “provocar la intervención de las Fuerzas Armadas”, dijo Oliveira Sousa a la policía, según Folha de São Paulo.
Seguidores del presidente bloquearon carreteras y se manifestaron frente a cuarteles en el país, luego de que Lula se impusiera en el balotaje del 30 de octubre (50,9% a 49,1%). Meses después, aún hay campamentos frente a algunas sedes del Ejército.
“Los graves acontecimientos de ayer en Brasilia comprueban que los llamados campamentos ‘patriotas’ se volvieron incubadoras de terroristas”, tuiteó Flávio Dino, nombrado ministro de Justicia del próximo Gobierno.
Dino aseguró que propondrá la creación de “grupos especiales para combatir el terrorismo y el armamentismo irresponsable. El Estado de Derecho no es compatible con estas milicias políticas”.
Anderson Torres, actual titular del ministerio, señaló en la misma red social que dio parte a la Policía Federal para “acompañar la investigación y adoptar las medidas necesarias” sobre el caso.
En el departamento donde estaba Oliveira Sousa, empleado en una estación de servicio en Pará (norte), la Policía halló un arsenal de armas, varias irregulares.
Influencia
Oliveira Sousa se dijo “inspirado por las palabras del presidente Bolsonaro” para adquirir las armas, de un valor estimado en 160.000 reales -unos 31.000 dólares-, detalla Folha. Bolsonaro ha repetido que “un pueblo armado jamás será esclavizado”.
La Policía también encontró rifles de asalto y otros explosivos en el departamento alquilado por el hombre en Brasilia. Este es un propietario de armas registrado y forma parte de Coleccionista, Tirador Deportivo y Cazador (CAC), un grupo cuya membresía se ha sextuplicado a casi 700.000 personas desde que Bolsonaro fue elegido en 2018 y comenzó a flexibilizar las leyes de armas.
El hombre, y quienes lo ayudaban llegaron a intentar activar un artefacto explosivo, pero este no estalló.
Según las declaraciones, el detenido pensaba distribuir armas entre personas que acampan frente al cuartel, agrega el diario.
Robson Cândido, jefe de la Policía Civil en Brasilia, dijo que el hombre de 54 años, oriundo del nororiental estado de Pará, confesó sus planes.
“Vino a participar en las protestas frente al cuartel general del Ejército y forma parte de ese movimiento que apoya al actual presidente”, dijo a los periodistas. “Están en esa misión, que según ellos es ideológica, pero que se ha descontrolado”.
Lula, de 77 años, presidente de Brasil entre 2003 y 2010, asumirá el poder por tercera vez, con un gran acto en la capital.
Dino dijo en Twitter que “la toma de poder de Lula ocurrirá en paz” y aseguró que “todos los procedimientos serán revisados, en vistas de fortalecer la seguridad, y el combate a los terroristas y alborotadores será intensificado”.
En tanto, Bolsonaro, que ha limitado sus apariciones públicas tras la derrota, no tiene previsto traspasarle la banda presidencial.