“Todos los efectivos de seguridad pública están movilizados”, dijo. Sin embargo, trató de llevar tranquilidad al aclarar que “no hay hipótesis de que se repitan en la capital los hechos inaceptables que ocurrieron el día 8” de enero.

La convocatoria a las movilizaciones de la ultraderecha, que circuló en las redes sociales, se realizó bajo el lema “Para retomar el poder”.

Cappelli fue designado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para comandar las fuerzas de seguridad de Brasilia luego de que el domingo miles de manifestantes bolsonaristas invadieran el Palacio de Planalto (sede de la Presidencia), el Congreso y el edificio del Suprema en un intento de crear caos y desatar un golpe militar.

Caos

Las imágenes, que recordaron a los ataques del 6 de enero de 2021 al Capitolio en Estados Unidos por partidarios del entonces presidente Donald Trump, registraron a los bolsonaristas rasgando cuadros y destruyendo mobiliario, rompiendo vidrios e invadiendo las oficinas de magistrados, diputados y del Ejecutivo.

Cientos de personas fueron detenidas, y mientras el daño al patrimonio nacional y las responsabilidades son investigadas, seguidores de Bolsonaro anunciaron otras manifestaciones para la tarde de ayer.

Adicionalmente a las medidas de seguridad dispuestas por el Gobierno, el juez del STF Alexandre de Moraes, quien instruye la causa por el intento de golpe, ordenó a las autoridades públicas de todos los niveles, en especial a las fuerzas policiales, que adopten “todas las medidas necesarias” para prevenir cualquier intento de ocupación o bloqueo de vías públicas.

De Moraes prohibió asimismo interrumpir la libertad de circulación de automóviles en todo el territorio nacional, así como el acceso a los edificios públicos, so pena de imponer una multa de 20.000 reales (3.850 dólares) para personas físicas y 100.000 reales (19.200 dólares) para personas jurídicas.

La decisión del magistrado da cumplimiento a un pedido de la Procuraduría General de la Nación, basado en noticias de que grupos bolsonaristas llamaron a realizar nuevas manifestaciones en todas las capitales de los estados del país, en una convocatoria que se difundió especialmente a través de la red de mensajería Telegram.

Ante esta situación, De Moraes le dio a esa plataforma un plazo de dos horas para bloquear canales, perfiles y cuentas grupales con ese tipo de contenido.

“Absolutamente nada justifica la existencia de campamentos repletos de terroristas, patrocinados por diversos financistas y con la complacencia de autoridades civiles y militares en total subversión al necesario respeto a la Constitución”, manifestó el juez del máximo tribunal, de enorme protagonismo desde los sucesos del domingo.

Decisión

En tanto, Lula da Silva agradeció al Congreso por haber aprobado rápidamente su decreto para intervenir la seguridad pública en el Distrito Federal.

“Lo que pasó aquí (en Brasilia) ni siquiera me gustaría pensar que fue un golpe. Me gustaría pensar en algo menor, tal vez en un grupo de locos que todavía no entendieron que la elección terminó, que todavía no quieren aceptar que la urna electrónica es posiblemente el modelo electoral más perfecto de todo el mundo”, dijo el presidente al recibir en el Palacio del Planalto al titular de la Cámara de los Diputados, Arthur Lira, y al vicepresidente del Senado, Veneziano Vital do Rêgo entre otros legisladores.

“Cualquier gesto que vaya en contra de la democracia brasileña será castigado dentro de lo que la ley permite. Todos, todos tendrán derecho a defenderse, todos tendrán derecho a probar su inocencia, pero todos serán castigados”, expresó.

En la reunión, Lula da Silva también hizo referencia al expresidente Jair Bolsonaro, quien permanece en Estados Unidos y a quien criticó por no haber reconocido su derrota en las elecciones de octubre de 2022.

“Lamentablemente el presidente que dejó el poder no quiere admitir la derrota. Aún hoy (por ayer) vi declaraciones de él no reconociendo la derrota. Solo puedo considerar que son un grupo de locos, gente con poco sentido del ridículo”, afirmó.