Washington – Cientos de millones de estadounidenses acudirán a las urnas en las elecciones presidenciales de 2024, pero es posible que el resultado dependa de tan solo unos miles de votantes de un puñado de estados, predicen los expertos.
Atrás quedaron los años de Nixon, Reagan y Roosevelt, cuando los candidatos consiguieron las llaves del 1600 Pennsylvania Avenue por una mayoría abrumadora.
Las elecciones de 2016 y 2020, que llevaron al poder a Donald Trump y posteriormente a Joe Biden, fueron muy diferentes, con todo el país pendiente del recuento en una decena de colegios electorales. Los comicios de 2024 seguirán el mismo patrón, prevén los expertos.
Cada cuatro años, los estadounidenses eligen a su presidente por sufragio universal indirecto a una vuelta. En Estados Unidos los ciudadanos no eligen directamente al presidente sino que designan a grandes electores de cada estado, que serán quienes voten por uno u otro candidato.
De modo que en cada estado hay grandes electores en juego. Algunos, como Nueva York, son históricamente demócratas. Otros, como Oklahoma, republicanos. Pero los candidatos se centran en el puñado de estados que podrían inclinarse hacia uno u otro lado y tener un impacto en el resultado electoral. El año que viene podrían ser cuatro.
“Me parece que Nevada, Arizona, Wisconsin y Georgia desempeñarán un papel especialmente importante en estas elecciones” de 2024, declaró David Darmofal, profesor de la Universidad de Carolina del Sur.
Darmofal espera que el condado de Maricopa, en Arizona, que engloba a la ciudad de Phoenix y sus suburbios, vuelva a acaparar la atención.
En 2020, este territorio fue uno de los más disputados en los comicios que enfrentaron a Trump y Biden, dando lugar a fuertes tensiones en el exterior de los centros de recuento.
Finalmente Arizona se decantó por Biden, que en el pasado fue vicepresidente de Barack Obama.
El demócrata también ganó Georgia por apenas 12.000 votos. En una sorprendente llamada, Trump pidió a un funcionario electoral del estado que “encontrara” papeletas para reducir la diferencia.
Estos cuatro estados -Nevada, Arizona, Wisconsin y Georgia- son los mismos citados en el blog Crystal Ball, del muy respetado centro de análisis político de la universidad de Virginia.
Uno de sus expertos, Kyle Kondik, cuenta con “unas elecciones presidenciales muy reñidas y disputadas”.
Cuando Ronald Reagan fue reelegido presidente de Estados Unidos en 1984 ganó en 49 de los 50 estados, un fenómeno que ningún candidato ha repetido desde entonces.
Pero entonces la lealtad a un partido estaba menos definida, y no era extraño que un votante demócrata eligiera a un republicano en un momento particular y viceversa.
“Las elecciones son más reñidas porque ambos partidos han aprendido a utilizar las redes sociales y técnicas de captación extremadamente sofisticadas para movilizar a grupos de votantes”, afirma Jeremi Suri, profesor de la universidad de Texas. Los candidatos también “han aprendido a demonizar a sus oponentes”, observa el experto. “Esto crea un debate extremadamente polarizado entre dos bandos, y es difícil para cualquiera de ellos llegar a un consenso”, señala.
Agencia AFP