Las mascotas de los Juegos Olímpicos son símbolos relevantes, frecuentemente adoptando la forma de animales o figuras antropomórficas que reflejan la región anfitriona o el espíritu de las olimpiadas.

Esta tradición comenzó con los Juegos Olímpicos de Invierno de Grenoble 1968 y los Juegos de Verano de Múnich 1972. Desde entonces, las mascotas se han convertido en elementos clave para los diversos productos con licencia asociados a los Juegos.

En el contexto de los Juegos Olímpicos de París 2024, las mascotas oficiales destacan por su originalidad. A diferencia de ediciones anteriores, las mascotas de este año no son animales sino gorros frigios antropomorfos, conocidos como “Phryges” (pronunciado fri-jee-uhs).

Según señala el sitio oficial del los JJOO, “el nombre y el diseño se eligieron como símbolos de libertad y para representar figuras alegóricas de la república francesa”. El Phryge olímpico lleva los colores azul, blanco y rojo, de la bandera tricolor de Francia, con el logo dorado de París 2024 estampado, en honor al país y a la ciudad anfitriones.

Phryge olímpico

Un gorro con fuerte simbolismo

El gorro frigio tiene sus raíces en Frigia, una región de Anatolia (actual Turquía), donde originalmente era utilizado por los esclavos liberados, simbolizando la libertad. A lo largo de la historia, el gorro frigio se ha convertido en un símbolo importante de la República Francesa, conocido también como el gorro de la Libertad.

Los Archivos Nacionales de Francia tienen registros que muestran que los gorros frigios fueron utilizados en varias ocasiones importantes en la historia del país, como en la construcción de la Catedral de Notre-Dame en 1163, durante la Revolución Francesa de 1789, en la construcción de la Torre Eiffel y durante los Juegos Olímpicos de 1924. 

El presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos de París, Tony Estanguet, explicó que la elección de un objeto en lugar de un animal para la mascota se hizo para destacar un símbolo representativo de la República Francesa y de los valores de libertad. Además, la mascota de los Juegos Paralímpicos cuenta con una discapacidad, promoviendo un potente mensaje de inclusión.

BP