Si los Juegos Olímpicos son la cita deportiva más importante y más vista del planeta, pero también –o sobre todo– son una cita política, la ceremonia de apertura funciona siempre como la primera oportunidad para plasmar ese mensaje. Y ayer, en una París gris y lluviosa, con el Sena como espectacular escenario por donde desfilaron deportistas de todo el mundo, Francia y la organización de los Juegos 2024 se encargaron de destacar la multiculturalidad, la diversidad sexual, la cultura y la paz, con postales que todavía pueden leerse en clave electoral, luego de la derrota de la extrema derecha hace pocos días.   

“¡Qué vergüenza! La apertura de los Juegos Olímpicos es un saqueo a la cultura francesa”, escribió en Twitter el portavoz de la Reagrupamiento Nacional, el partido de extrema derecha liderado por Marine Le Pen, ganadora de las elecciones europeas celebradas en junio, luego de la actuación de Aya Nakamura, la cantante francófona, de origen maliense, más escuchada del planeta, cuya presencia en la apertura de los Juegos fue criticada por la ultraderecha francesa, que también se irritó con una coreografía de ‘drag queens’ recreando una Última cena, en una referencia a la comunidad LGBTQ+.

La majestuosa ceremonia sirvió para homenajear a una decena de mujeres francesas en sus ámbitos, como Olympe de Gouges, Alice Milliat, Gisèle Halimi, Simone de Beauvoir, Paulette Nardal, Jeanne Barret, Louise Michel, Christine de Pizan, Alice Guy y Simone Veil. Ese acto recordó a aquellas profesionales que marcaron la historia de Francia, como por ejemplo Alice Milliat que fue la primera mujer deportista destacada de categoría mundial, o la reconocida escritora Simone de Beauvoir, quien indagaba en políticas filosóficas que eran controversiales en el siglo XIX. Casi en simultáneo, sonó el himno de Francia mientras una mujer cantaba La Marsellesa.

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El acto comenzó con la retransmisión de una película protagonizada por el cómico local Jamel Debbouze y el exfutbolista Zinédine Zidane en el Estadio de Francia, y diez minutos más tarde la embarcación con la delegación griega dio inicio al tradicional desfile de los deportistas, esta vez con 85 embarcaciones que transportaban a los cerca de 6.500  participantes en el desfile hasta Trocadero.

Al mismo tiempo comenzó el espectáculo musical, dirigido por Thomas Jolly, una de las estrellas de la escena francesa y conocido por el exitoso musical de ópera-rock Starmania, con casi dos mil bailarines y figurantes, y la actuación de artistas de renombre mundial como la reina del pop estadounidense Lady Gaga, que interpretó Mon truc en plumes de Zizi Jeanmaire, canción emblemática del music-hall francés.

Artistas con uniformes de obra bailaron en los andamios de la catedral, gravemente dañada en un incendio en 2019 y que se espera reabra sus puertas el 8 de diciembre tras años de reforma. Fue una postal colorida, que ponía énfasis en la diversidad sexual de este tiempo, algo que elogió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: “Al igual que nuestra Unión Europea, los Juegos Olímpicos demuestran la fuerza de la diversidad y del espíritu de equipo”, escribió la jefa del brazo ejecutivo de la UE. Del otro lado, la eurodiputada francesa Marion Marechal no ahorró críticas: “Difícil apreciar los extraños cuadros entre María Antonietas decapitadas, una trouple (trío amoroso) que se besa, drag queens, la humillación a la Guardia Republicana obligada a bailar con Aya Nakamura, la fealdad de los trajes y las coreografías”.

Contratiempos. La lluvia no fue el único problema que sufrieron los organizadores y los cerca de 320.000 espectadores al evento (unos 200.000 de manera gratuita): un incidente informático provocó que fueran anulados algunas de las entradas necesarias para acceder a la ribera del Sena.

Se formaron largas colas en los accesos y algunos espectadores informaron que tardaron horas en superar los férreos controles de seguridad que montaron las autoridades para evitar cualquier incidente, en un país aún marcado por los sangrientos atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015, que dejaron 130 muertos en París.

Más allá de eso, la ceremonia se desarrolló sin mayores incidentes. El de mayor magnitud fue el que denunció la compañía ferroviaria francesa (SNCF): los  incendios voluntarios provocados para dañar las instalaciones.

La ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, condenó este “sabotaje” contra los “Juegos de los deportistas”, mientras que la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, aseguró que “es inaceptable lo que ha ocurrido, pero no impactará en la ceremonia”.

A la ceremonia, que por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos se realizó fuera de un estadio, fue presenciada en directo por personalidades y hasta 85 mandatarios de un mundo en tensión por las guerras en Ucrania y Gaza.

La antorcha en lancha

Rafael Nadal, Nadia Comaneci, Carl Lewis y Serena Williams protagonizaron una imagen para la historia del deporte, ya que compartieron un viaje en lancha con la antorcha olímpica en el Río Sena durante la ceremonia inaugural de París 2024.

Nadal (España) ganó dos medallas de oro; Comaneci (Rumania) cinco preseas doradas, tres de plata y una de bronce; Lewis (Estados Unidos) nueve de oro y una de plata.

Previamente había aparecido el ex futbolista francés Zinedine Zidane, quien le entregó la antorcha a Nadal.

Todos ellos protagonizaron un viaje en lancha por el Río Sena, para luego entregarle la antorcha a la ex tenista francesa Amélie Mauresmo. Finalmente, la exatleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner fueron los últimos relevistas de la llama olímpica y los encargados de encender el pebetero como broche de la ceremonia de apertura.