En Estados Unidos, más de 200 millones de votantes están llamados a las urnas para las elecciones presidenciales de noviembre. Sin embargo, debido a su sistema de votación indirecta, el resultado sólo puede depender de una serie de estados considerados “bisagra”: se trata de Pensilvania, Michigan Wisconsin, Georgia, Carolina del Norte, Arizona y Nevada, que rejuntan entre 5 y 21 electores cada uno.

Debido a su sistema de votación indirecta, los ciudadanos primero votan a los electores, y éstos eligen al mandatario. De esta manera, quien obtenga más votos de los representantes del Colegio Electoral, asumirá la presidencia del país. Por eso, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris centran sus energías en estos estados e invierten en ellos la mayor parte de sus fondos.

¿Por qué se considera que Estados Unidos tiene estados bisagra?

Estos siete Estados son los considerados indecisos, que pueden terminar definiendo al jefe o jefa de Estado de la primera potencia, el próximo 5 de noviembre.

Los estados bisagra no se inclinan claramente hacia uno u otro partido, a diferencia de los estados favorables a los demócratas (como California o Nueva York, por ejemplo) o a los republicanos (Texas o Florida, entre otros). Estos estados representan un número significativo de electores (93 de 538).

Como no importa quién gane la mayoría de los votos en todo el país, lo único que cuenta es el resultado en cada estado. El candidato más votado en un estado gana todos sus electores (excepto en Nebraska y Maine).

El objetivo es alcanzar la cifra mágica de 270, sinónimo de victoria nacional.

Cuál es la situación de elección en los Estados bisagra

Pensilvania

Quizá el estado más codiciado es Pensilvania, que en la actualidad cuenta con 21 grandes electores. Trump ganó por la mínima en 2016 y Biden se impuso en 2020 pero también por escaso margen. En este estado en declive industrial, los obreros tienden a dar la espalda a los demócratas.

Pero Harris cuenta con los grandes proyectos de infraestructuras lanzados por el presidente Biden y con el apoyo de los sindicatos para conservarlo. Las grandes ciudades de Filadelfia y Pittsburgh se inclinan por ella, mientras que Trump apuesta por la población rural.

Michigan

Georgia también aparece como un estado tentador con 15 electores. Sus votos fueron a parar a Trump en 2016, para sorpresa de todos, frente a Hillary Clinton. Y Biden lo reconquistó en 2020. En esta cuna de la industria automovilística, Harris recibió apoyo del principal sindicato del sector (UAW).

Quedará ver la elección de sus numerosos votantes árabes-estadounidenses o musulmanes, indignados por el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra de Gaza.

Trump apuesta en particular por el coste de la vida para movilizar a la clase media contra Harris, que se presenta como la heredera de un mandato de Biden marcado por la inflación.

Wisconsin

Junto con Pensilvania y Michigan, y con diez electores, es el tercer estado que resquebrajó el “muro azul” en 2016, un bloque de una veintena de estados considerados demócratas. Hillary Clinton perdió sus diez grandes electores, que Biden recuperó en 2020.

Como muestra de la importancia del estado para ellos, los republicanos celebraron allí su convención en julio, en Milwaukee. Entre los votantes moderados, los demócratas agitan la “amenaza existencial para la democracia” que representaría Trump.

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Los siete Estados bisagra rejuntan entre 5 y 21 electores.

Los siete Estados bisagra rejuntan entre 5 y 21 electores.

Library of Congress

Georgia

Quizás sea el más importante de los estados bisagra, junto con Pensilvania. En el corazón del sur religioso y conservador, Georgia confía tradicionalmente sus 15 electores al candidato republicano. En la estela de los movimientos antirracistas, este estado con una gran comunidad afroestadounidense, prefirió hace cuatro años al demócrata Biden.

Harris tiene un mejor perfil para atraer a los jóvenes y minorías de los centros urbanos y universitarios. Pero el electorado religioso alaba a Trump como artífice de la suspensión de la garantía federal del aborto.

Carolina del Norte

Este otro estado sureño cuenta con 15 electores. Carolina del Norte no vota por los demócratas desde Barack Obama en 2008, pero su gobernador es demócrata desde 2017. Sin embargo, al igual que en Georgia, Harris cuenta con el apoyo de un 20% de su población afroestadounidenses y jóvenes.

Los demócratas se esfuerzan por aumentar el número de votantes registrados con la esperanza de mejorar la participación.

Arizona

Este estado predominantemente republicano del suroeste, con 11 electores, sorprendió en 2020 al elegir a Biden por solo 10.457 votos de ventaja. Trump ha centrado su campaña en la inmigración ilegal, un tema importante en este estado fronterizo. Esto juega en contra de Harris.

La esperanza de la actual vicepresidenta radica en las elecciones de medio mandato de 2022. Allí el estado prefirió a una demócrata para gobernadora, en detrimento de una candidata trumpista.

Nevada

Este estado del oeste cuenta con cinco electores y no ha votado por un republicano desde George Bush en 2004. Pero los conservadores creen que pueden conseguirlo gracias a su población latina, parte de la cual se distancia de los demócratas.

Los partidarios de Harris esperan que la llegada de nuevos habitantes juegue a su favor. Se trata de empleados más jóvenes y mejor formados, provenientes de California para trabajar en el sector tecnológico o en la transición energética.

¿Cómo funciona el sistema de votación en Estados Unidos?

En Estados Unidos los votantes eligen al candidato por el que quieren que los electores de su estado voten. Tal es así que los votos de los electores de estos siete estados tendrán mucho más peso que los de los demás.

Para ser un candidato elegible, se debe cumplir con una serie de requisitos: debe ser ciudadano estadounidense de nacimiento, residir en el país desde hace al menos 14 años, y ser mayor de 35 años. A partir de ahí puede inscribirse un año antes de las elecciones, en el período de marzo a mayo.