
Lo lindo de estos torneos incomprensibles de los que nos quejamos desde el arranque del año son las tardes como las de ayer: varios partidos en simultáneo, morbo, suspenso, un equipo que hace un gol y clasifica, otro al que se lo hacen y queda afuera, y un sinfín de variantes matemáticas que todos los hinchas calculan mientras ven, disfrutan y sufren con sus colores.
El término “disfrutan” aplica, por ejemplo, a lo que pasó en La Paternal con el Argentinos de Nico Diez, que ganó, goleó y gustó ante un desconocido Estudiantes, que al final de la jornada terminó festejando porque Independiente Rivadavia le dio vuelta el partido a Defensa y Justicia y porque Racing le ganó a Newell’s.
El Pincha quedó octavo y, ahora, no son pocos los hinchas que recuerdan lo que pasó el año pasado, cuando el equipo de Eduardo Domínguez entró por la ventana y luego salió campeón. El campeonato argentino es así: disfrutalo, no trates de entenderlo.
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El otro disfrute estuvo en el Cilindro de Avellaneda, por más que el desarrollo del partido estuvo lejos de un goce permanente. Fue más bien todo lo contrario: Racing sufrió, jugó todo el segundo tiempo con uno menos por la expulsión de Santiago Sosa al final del primero y, a pesar de todo eso, festejó por un gol en contra de Saúl Salcedo, al final de un partido ambivalente.
El equipo de Gustavo Costas, que el martes debe jugar un partido clave por la Libertadores ante Bucaramanga en Colombia, quedó momentáneamente en el tercer puesto de la Zona A, hasta que jueguen Huracán y Tigre este fin de semana.
Independiente Rivadavia hizo lo que tenía que hacer, aunque le costó mucho: empezó ganando, luego Defensa se lo dio vuelta y más tarde lo dio vuelta el conjunto mendocino, que se aseguró una clasificación histórica: un año después de su ascenso, ahora peleará por su primer título.
Argentinos estaba clasificado, pero con su tarde perfecta terminó de definir algo: es, sin dudas, el equipo que mejor jugó en esta fase inicial del Apertura. El gran protagonista de la jornada fue Tomás Molina, autor de los dos primeros goles del encuentro en apenas dos minutos. No importa si termina primero, como está ahora, o si Boca lo supera. Por el juego y por los resultados que obtuvo, el Bicho se ganó esa condición de mejor equipo, quizás junto a Central e Independiente (que viene en baja).
El cuarto partido en cuestión importó menos para el cuadro general, pero marcó un buen inicio: Banfield festejó en el debut de Troglio y dejó sin chances a Central Córdoba de Santiago del Estero, que ahora sólo se abocará a su aventura en la Libertadores.