31 de mayo 2025 – 22:33

El alcalde centrista de Varsovia, Rafal Trzaskowski, y el conservador Karol Nawrocki se disputan la presidencia en un balotaje con final abierto.

La ajustada disputa entre Trzaskowski y Nawrocki definirá no solo el rumbo político interno de Polonia, sino también su papel en el escenario internacional y el futuro de reformas sociales clave.

Polonia celebrará este domingo la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales que podrían marcar un giro en su política exterior y en la agenda interna del país. El alcalde de Varsovia, el centrista y proeuropeo Rafal Trzaskowski, se enfrenta al historiador conservador Karol Nawrocki, en una contienda que los sondeos califican como extremadamente ajustada.

Según las últimas encuestas publicadas en los medios locales, Trzaskowski -actual jefe comunal de la capital y aliado del primer ministro liberal Donald Tusk- se impondría con el 50,6% de los votos, apenas por encima del 49,4% proyectado para su rival. Nawrocki, de 42 años y cercano a posturas nacionalistas, ha sido crítico de la ayuda humanitaria a los refugiados ucranianos y rechaza la incorporación de Ucrania a la OTAN, una posición que podría reconfigurar el rol de Polonia como aliado clave de Kyiv en Europa del Este.

Qué está en juego: derechos civiles y rumbo institucional

Aunque la presidencia en Polonia es en gran medida ceremonial, el jefe de Estado tiene facultades de veto legislativo, lo que puede trabar o destrabar importantes reformas.

En ese sentido, un eventual triunfo de Trzaskowski, de 53 años, fortalecería al gobierno de Tusk y abriría la puerta a iniciativas como la legalización de las uniones civiles entre personas del mismo sexo o una revisión de la restrictiva legislación sobre el aborto. Durante el mandato del presidente saliente, Andrzej Duda —de perfil conservador—, muchas de esas propuestas quedaron frenadas.

El resultado de los comicios podría no conocerse hasta el lunes, debido al escaso margen entre los candidatos y al peso del voto en el exterior. La primera vuelta, celebrada el 18 de mayo, dejó a Trzaskowski en primer lugar con un 31% frente al 30% de Nawrocki, mientras que los aspirantes de la extrema derecha cosecharon en conjunto un significativo 21%, cifra que podría inclinar la balanza en esta definición.

Además del impacto en la política interna, un posible triunfo de Nawrocki genera inquietud entre analistas internacionales, que advierten que podría desatar una crisis institucional y forzar nuevas elecciones legislativas en uno de los países con mayor crecimiento económico de la Unión Europea y la OTAN.