El viernes, durante su comparecencia ante un tribunal federal en Chicago, Guzmán López – de 35 años –, vistió el clásico uniforme naranja de recluso y aceptó los cargos como uno de los cuatro hijos de El Chapo que heredaron el mando del cártel de Sinaloa tras su captura definitiva.
Esta decisión marca una ruptura con la estrategia de su padre, Joaquín Guzmán Loera, quien rechazó cualquier trato judicial y se sometió a un juicio en el que recibió cadena perpetua en 2019.
Qué puede pasar con el hijo del “Chapo” Guzmán
Aunque no se difundieron los términos completos del acuerdo, especialistas coinciden en que la declaración de culpabilidad forma parte de una estrategia de colaboración judicial para evitar la cadena perpetua y conseguir una condena reducida.
“No habría ningún incentivo para que se declarara culpable a menos que estuviera cooperando”, afirmó el abogado Rob Heroy a BBC Mundo, quien representó a otro mexicano que reconoció cargos similares en 2014.
Este entendimiento entre el gobierno estadounidense y Guzmán López generó críticas en México, especialmente por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien señaló la falta de información compartida con la Fiscalía General de la República.
Quién es Ovidio Guzmán López
Apodado “El Ratón”, Guzmán López ganó notoriedad tras su fallido arresto en 2019, cuando el cártel de Sinaloa desató una ofensiva armada en Culiacán y logró su liberación, un hecho que debilitó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, su involucramiento en el narcotráfico comenzó mucho antes. En 2012, a los 22 años, Estados Unidos lo incluyó en su lista de “narcotraficantes extranjeros significativos”.
Tras la captura definitiva de El Chapo en 2016, Ovidio asumió funciones de liderazgo junto a sus hermanos, los otros “Chapitos”. Los fiscales en Chicago lo definieron como un “coordinador logístico” que supervisó envíos de heroína, cocaína, marihuana y metanfetamina hacia EE.UU., y luego lavó las ganancias en México.
Una causa adicional en Nueva York lo señaló como el “principal responsable de las operaciones de fentanilo” del cártel. Según la acusación de 2023, los “Chapitos” encabezaron la red de tráfico de fentanilo más grande y violenta del mundo, operando con sobornos, torturas, asesinatos y secuestros.
De la captura a la declaración de culpabilidad
En enero de 2023, las autoridades lograron detener nuevamente a Guzmán López, sin que los miembros del cártel pudieran rescatarlo. Fue extraditado a EE.UU. ocho meses después, hecho que Washington destacó como ejemplo de cooperación bilateral.
Inicialmente se declaró inocente de los cargos por narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas de fuego, pero con el correr de los meses comenzó a gestarse el acuerdo judicial.
Tensiones familiares
En paralelo, Joaquín Guzmán Salazar, hermano de Ovidio, se entregó a las autoridades en Texas junto a Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del cártel. Este último denunció haber sido llevado por la fuerza y actualmente busca evitar la pena de muerte.
La situación desencadenó una violenta disputa interna entre el ala de El Mayo y los “Chapitos”, que dejó cerca de 1500 muertos y numerosos desaparecidos, según informes locales.
En mayo, familiares de los Guzmán López ingresaron a EE.UU., lo que el secretario de Seguridad mexicano, Omar García Harfuch, interpretó como parte de una negociación judicial. Aunque el abogado Jeffrey Lichtman lo negó, la presidenta Sheinbaum exigió explicaciones formales.
“Nosotros por supuesto que combatimos al crimen organizado”, sostuvo la mandataria. “Pero al ser un caso de extradición, debería haber coordinación con la Fiscalía General”.
Desde el Congreso, el legislador oficialista Ricardo Monreal planteó revisar la ley de extradición, mientras que la opositora Cristina Ruiz advirtió: “Guzmán López revelará nombres, y muchos narcopolíticos deberían preocuparse”.
El testimonio y la condena reducida
El abogado Heroy consideró que los Guzmán López podrían brindar a EE.UU. una de las “cooperaciones más profundas” en la historia de los procesos penales por narcotráfico.
“Ponen en riesgo sus vidas y las de sus familias. Tienen acceso a información de alto nivel tanto del cártel como del gobierno mexicano”, afirmó.
Según su análisis, Ovidio podría recibir una condena de 15 años y ser trasladado a una prisión para testigos protegidos.
Casos similares ya ocurrieron durante el juicio a El Chapo, donde excolaboradores suyos testificaron a cambio de reducciones de pena. Pero estas colaboraciones no siempre generan una baja en el tráfico de drogas ni en la violencia.
La politóloga Angélica Durán-Martínez, de la Universidad de Massachusetts Lowell, señaló que la alianza entre Guzmán López y EE.UU. podría intensificar las luchas internas y beneficiar a cárteles rivales, como el Jalisco Nueva Generación.
“Estos acuerdos siempre se presentan como triunfos, pero son logros efímeros”, indicó. “No desmantelan el narcotráfico ni reducen la violencia o la corrupción, y tampoco ayudan a esclarecer crímenes como las desapariciones o los homicidios”.