Brasilia – Una enmienda a la estructura del gobierno del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a consideración del Congreso, despojaría a los ministerios de Medio Ambiente y de Pueblos Indígenas de funciones importantes para cumplir las metas climáticas del gobernante izquierdista, alertaron ayer sus titulares.

“Es un gran retroceso, es quitarle a los pueblos indígenas el protagonismo y va totalmente a contramano de lo que el presidente Lula está defendiendo: reconocer, valorar y garantizar la participación de los pueblos indígenas en los espacios de toma de decisiones”, dijo la ministra de Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara.

La inédita cartera fue creada por Lula al asumir el cargo el 1 de enero pasado y recibió los poderes de demarcación de reservas indígenas, territorios protegidos por ley. Esa iniciativa fue celebrada también por los ambientalistas, que consideran estos territorios una importante herramienta contra la deforestación y el cambio climático.

Pero la legalidad de esa decisión depende de la aprobación en el Congreso, ya que se trata de una medida provisoria, una especie de resolución presidencial que precisa ser aprobada por el Poder Legislativo en los primeros seis meses del gobierno para seguir vigente.

Y el gobierno de Lula, pese a las alianzas con algunos grupos de centro-derecha, no tiene asegurada una mayoría para todos los asuntos.

Tratamiento

La medida sobre la estructura del gobierno era votada al cierre de esta edición en una comisión de la Cámara de Diputados, pero con importantes enmiendas, antes de dirigirse al plenario de las dos cámaras legislativas la semana próxima.

El proyecto con modificaciones, a cargo del diputado Isnaldo Bulhões, del PMBD (partido aliado del Gobierno), dejaría la demarcación de tierras en manos del Ministerio de Justicia.

Y también modificaría las atribuciones de la cartera de Medio Ambiente, al despojarle del registro ambiental rural y la gestión de aguas.

Según Guajajara, los cambios buscan satisfacer a la “bancada ruralista” en el Congreso, asociada a la agroindustria, sector acusado de promover la ocupación de tierras indígenas.

“Va a debilitar” la imagen internacional de Brasil, alertó.

“El mundo está esperando ese cambio de posición del gobierno en el asunto ambiental y climático y la creación del Ministerio fue una señal de ese cambio. Si despojas al Ministerio de la principal repartición, causará un daño también para el gobierno y para Brasil en el escenario internacional”, añadió.

“Esto puede crear daños gravísimos a los intereses económicos, sociales y ambientales” de Brasil, sostuvo la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, en sus redes sociales.

En ese contexto, la petrolera estatal Petrobras dijo que presentará esta semana un recurso contra la decisión de la agencia medioambiental Ibama de bloquear la perforación de un pozo en la desembocadura del río Amazonas.

La empresa dijo que está dispuesta a cumplir cualquier requisito adicional del Ibama a pesar de considerar que hasta ahora ha cumplido “todas las necesidades técnicas” para que el proyecto sea aprobado.

La decisión del Ibama la semana pasada de bloquear la perforación provocó una división en la coalición del presidente Luiz Inácio Lula da Silva entre quienes quieren dar prioridad a la protección del medio ambiente y quienes quieren utilizar a Petrobras para impulsar un crecimiento muy necesario.

El propio Lula dijo que le resultaba “difícil” creer que la prospección de petróleo en alta mar en la cuenca amazónica causaría daños al medio ambiente porque tendría lugar a kilómetros de distancia de la selva tropical, pero añadió que si la perforación supone un problema para la Amazonia, desde luego no se llevaría a cabo.