Brasilia y Madrid – El Ministerio de la Igualdad Racial de Brasil y el ministerio de Igualdad de España publicaron un comunicado conjunto en el que manifestaron que los ataques racistas como los sufridos por el futbolista del Real Madrid Vinícius “no pueden quedar impunes” y reclaman “acciones concretas y efectivas” para luchar contra estos comportamientos.

Criticadas por un exceso de pasividad, las autoridades españolas aumentaron ayer la presión contra el racismo en el fútbol. Tras las primeras reacciones del lunes, cuando se sucedieron las condenas a lo ocurrido y la Fiscalía de Valencia (este) abrió una investigación por un presunto delito de odio, los movimientos no dejaron de sucederse.

La policía española detuvo ayer a tres jóvenes en Valencia sospechosos de “conductas racistas” ocurridas durante el partido del domingo en el estadio de Mestalla, donde el atacante fue víctima de insultos como “mono”.

Los jóvenes, de entre 18 y 21 años, fueron interrogados y dejados en libertad, a la espera de que siga el proceso judicial, indicó un portavoz de la policía, que mantenía abierta la investigación “para identificar a otros posibles autores de conductas similares”.

El ministro de Justicia de Brasil, Flávio Dino, afirmó ayer que ya “no será necesario” estudiar el principio de extraterritorialidad en el caso de los insultos racistas al jugador, después de aplaudir las últimas operaciones policiales llevadas a cabo en España, por lo que descarta promover procesos penales en el país sudamericano.

En el documento divulgado ayer, ambos ministerios expresan su “más rotunda y absoluta condena al racismo en el deporte y a la violencia que este genera” y subrayan que “las actitudes racistas, machistas y fascistas dentro y fuera de los campos de fútbol son intolerables en una democracia”.

En este sentido, insistieron en “la obligación de todas las instituciones competentes de responder con la máxima diligencia para tomar medidas ante este y todos los casos que acontecen en el ámbito deportivo y que no pueden quedar impunes, asegurando el acompañamiento, protección y reparación de las víctimas de estos delitos”.

Además, expresaron su “solidaridad incondicional” con el jugador agredido, así como con todos los deportistas, profesionales o no profesionales que han sufrido insultos racistas.

En opinión de ambos ministerios, el deporte debe ser “el reflejo de los valores de igualdad, respeto y diversidad” y “en él no tienen cabida quienes promulgan mensajes de odio, racismo, persecución e intolerancia”.

Asimismo, los estados firmantes de esta comunicación pusieron en valor la reciente firma compartida entre ambos gobiernos de un Memorando de Entendimiento para la promoción de la igualdad racial y la lucha contra el racismo, la discriminación racial y otras formas conexas de intolerancia.

Dicho memorando impulsa la cooperación y el avance en materia de igualdad, para compartir conocimientos y buenas prácticas y ampliar el acceso de las personas africanas, afrodescendientes, negras, romaníes, y migrantes, entre otros grupos poblacionales y étnicos que sufren con más asiduidad la discriminación racial.