Por Pablo Pikus

Finalmente el Superclásico revancha que iba a determinar quien era el flamante campeón de la Copa Libertadores no se pudo disputar. Los destrozos padecidos por el micro de Boca en su llegada al Monumental y las lesiones que sufrieron varios jugadores Xeneizes fueron determinantes para que las autoridades decidan postergar el encuentro. Si, una vez más ganó la violencia.

El nefasto operativo gestionado por el Ministerio de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, sumado al accionar de los violentos de siempre, volvieron a desnudarnos como sociedad. Por lo tanto, lo que tuvo que haber sido una fiesta terminó siendo una pesadilla para todos.

Pero cuando parecía que lo más dramático del fin de semana había ocurrido el sábado por la tarde, el domingo amaneció con un balde de nafta y revivió el fuego de la histeria. Boca presentó una queja formal en la CONMEBOL para que constaten los daños generados por los simpatizantes de River y sancionen al conjunto de Marcelo Gallardo. “Van por todo” era la frase que se repetía en el Hotel Madero, lugar donde el conjunto de la Ribera estuvo concentrado este fin de semana.

Algunos hablan de volver a jugar el partido, pero otros más osados, pronostican (y desean) que Boca gane la Copa sin la necesidad de disputar el desquite en el estadio Monumental. Insólitamente, al igual que en aquel cruce del 2015, una llave copera entre los dos “Gigantes” del país se podría llegar a definir en el escritorio.

Duele y avergüenza, porque este espectáculo no solo iba a ser disfrutado por los argentinos, sino que iba a ser una vidriera para todo el globo, ya que se habían vendido los derechos a cientos de países. Gran parte del planeta futbolero estaba expectante por lo que iba a ocurrir en el estadio de River con “La final del Mundo”, como muchos la llamaban.

Pero fallamos una vez más. Y en vez de mostrarle al planeta una de las mejores virtudes que tenemos los argentinos, que es el Fútbol, exhibimos lo peor de nuestra sociedad que es la Violencia Desmedida producida por una de las tantas grietas que dividen a nuestro país.