Washington – El mandato del comandante del Cuerpo de Marines de Estados Unidos expiró ayer sin que se haya nombrado a un sucesor porque un senador republicano contrario al aborto bloquea todos los nombramientos.
El senador Tommy Tuberville se niega a dar su brazo a torcer hasta que el Pentágono dé marcha atrás en su política de ayudar a las mujeres soldado que quieren abortar a desplazarse de un estado a otro.
El Senado puede aprobar estos nombramientos caso por caso en sesión plenaria pero el bloqueo del congresista, como miembro del comité de las fuerzas armadas, impide ratificarlos directamente.
Tommy Tuberville, procedente de Alabama, un estado muy conservador del sur de Estados Unidos, lleva meses impidiendo que se aprueben más de 200 nombramientos porque estima que la política del Pentágono de apoyar al personal militar que desee abortar es ilegal.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, opina, por el contrario, que tiene base jurídica y estima que retrasar la entrada en servicio de estos militares de alto rango “pone en peligro la seguridad nacional”.
Cuando al cierre de esta edición terminase su mandato al frente de los Marines, el general David Berger será sustituido de forma interina por su adjunto, el general Eric Smith. De modo que se verá obligado a “cumplir básicamente una doble función”, recalca Colin Smith, experto en temas de defensa del grupo de reflexión Rand.
Otros altos mandos militares dejarán sus puestos en los próximos meses, como el jefe del Estado Mayor conjunto, general Mark Milley, y el jefe de operaciones navales, almirante Mike Gilday.
“Sin estos líderes en sus puestos, las fuerzas militares estadounidenses se verán sometidas a un grado de riesgo innecesario y sin precedentes”, escribió en mayo Lloyd Austin en una carta dirigida a la senadora demócrata Elizabeth Warren.
En junio de 2022, la Corte Suprema de Estados Unidos anuló la garantía constitucional del derecho de las mujeres estadounidenses al aborto, dejando que cada estado legisle sobre la materia.
Algunas soldado, destinadas en estados donde el aborto ha pasado a ser ilegal en la mayoría de los casos, deben viajar ahora a otros lugares donde el procedimiento sigue siendo legal. En respuesta a la sentencia, Lloyd Austin emitió una directiva en la que exigía al Pentágono medidas para facilitar que las miembros de las fuerzas armadas puedan pedir permisos administrativos para “recibir atención sanitaria reproductiva no cubierta”, y subsidios para ayudarles a sufragar los gastos del viaje.
En febrero Tommy Tuberville lo calificó de “proyecto radical para facilitar miles de abortos cada año con el dinero de los contribuyentes”, motivo por el que bloquea los nombramientos en el Senado.
Según él, su bloqueo “no tiene ningún efecto” sobre el grado operativo de las fuerzas armadas estadounidenses y ha advertido que mantendrá su postura “hasta que el Pentágono cumpla la ley o el Congreso la modifique”.