El ministro de Defensa, Javier García, defendió la compra de las dos patrullas oceánicas del tipo OPV que realizó el Estado de Uruguay al astillero gallego Cardama, luego de la nueva polémica generada en torno a la operación, que incluyó una carta enviada desde China.
Cuando el conflicto en torno a la compra de los buques parecía haber quedado saldado, una dura carta de la compañía estatal China Shipbuilding Trade (CSTC) cuestionando la desprolijidad de la licitación —que impidió, en primer lugar, cerrar el negocio con el país asiático en tanto la empresa estatal no fue seleccionada— abrió viejas heridas, que se profundizaron con la renuncia del jefe de Estado Mayor de la Armada, el contralmirante Gustavo Musso, quien había desaconsejado la adquisición de los OPV al astillero Cardama.
Tras un día agitado en noticias poco felices en este sentido, el ministro García insistió en la transparencia de todo el proceso de licitación y recordó el “tema de fondo”.
“Hace 15 años, desde el 2008, que los sucesivos gobiernos intentaron comprar los buques que son indispensables para la Armada, porque nos están robando los recursos naturales, porque no podemos ejercer la soberanía, porque tenemos una Armada con una situación límite en materia de buques”, dijo, y agregó: “¿Por qué estando todo el sistema político de acuerdo no se pudo concretar? Creo que hubo algo más poderoso que la unidad de todo el sistema político, que fueron intereses económicos. Hubo intereses económicos de empresas que quieren vender sus productos, y son legítimos. Pero no tienen por qué ser los intereses nacionales esos intereses particulares. Mientras tanto, Uruguay está regalado en el mar”.
En ese sentido, el jerarca defendió que el gobierno “tomó una decisión” legítima y que el proceso de compra se encuentra ahora en estudio del Tribunal de Cuentas. Para García “estuvieron todas las garantías” y hubo “transparencia absoluta” durante todo el proceso, con la participación, incluso, de la oposición.
Una opinión personal
Consultado por la renuncia del jefe del Estado Mayor de la Armada, García sostuvo que la opinión de Musso sobre los astilleros recomendados fue a título personal y que, además, no había recibido respaldo de ninguno de sus pares —otros seis contralmirantes que “se forman todos en el mismo lugar, tienen los mismos conocimientos”.
El jerarca señaló también que, además, “las Fuerzas Armadas se expresan por su comandante, y el mando superior es el presidente con el ministro de Defensa, que conocen la opinión de la Armada por su comandante, no andan haciendo compulsas de a uno porque no correspondería”. “Son siete contralmirantes, y la opinión de Musso no tuvo el respaldo de ningún otro. Es una opinión personal, legítima, pero personal y que no tuvo respaldo”, agregó.
“El almirante es el que recomienda al Ministerio de Defensa por calidad técnica, por condiciones de entrega y de plazo, y por tener todos los elementos que la Armada, no una persona, cree necesario que tenga la propuesta, que nosotros refrendamos. La Armada como fuerza nos eleva un informe técnico donde dice que habiendo sido estudiadas las propuestas, una tiene todas las condiciones técnicas necesarias; y ante circunstancias de barcos que son similares, este tiene la oferta más barata en cuenta. Habría que explicar mucho que ante propuestas similares se eligiera una más cara. Si nos están ofreciendo lo mismo, para defender los recursos públicos elegimos la inversión más económica con el mejor resultado”, afirmó el ministro en rueda de prensa.