La candidata a la Presidencia de Argentina por Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, comentó sus aspiraciones para el funcionamiento del Mercosur, en caso de vencer en las elecciones de octubre, un tema que concita el interés del Uruguay que, desde hace años, exige una flexibilización del foro.

Bullrich propuso el jueves, durante una recorrida por la provincia argentina de Misiones –fronteriza con Brasil y Paraguay- un relanzamiento del Mercosur con una “relación con Brasil, Paraguay y con Uruguay“. No obstante, aclaró que “siendo Brasil nuestro principal socio comercial, es fundamental que esta plataforma y las provincias, que además son fronterizas, tengan una participación especial en el Mercosur“.

En el programa de la candidata y exministra de Seguridad, el Mercosur ocupa un lugar central dentro lo que definió como un plan para federalizar la economía argentina.

Patricia Bullrich defiende impulsar acuerdos comerciales desde el Mercosur y, a través de ellos, “potenciar las economías regionales y el desarrollo industrial federal, incentivar las economías verdes y promover la economía del conocimiento y la industria 5.0”.

Respecto al acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), sellado durante el gobierno de Mauricio Macri del que formó parte y frenado actualmente por nuevas exigencias europeas rechazadas por los gobiernos de la región, la aspirante presidencial de JxC aseguró que buscaría “abrir nuevos acuerdos comerciales con la UE”.

Las declaraciones de Patricia Bullrich contrastan con la visión que expuso su nominado al Ministerio de Economía, Carlos Melconian, esta semana durante una intervención en la Casa del Partido Colorado en la que anticipó sus líneas de acción en caso de ser parte del gobierno en Argentina. “¿ Mercosur? A la uruguaya, integración con grados de libertad”, afirmó el lunes.

Desde el inicio de su gobierno, el presidente Luis Lacalle Pou, ha defendido una modernización y flexibilización del Mercosur, una propuesta que se ha topado con el freno de las dos mayores economías del bloque, Brasil y Argentina.

El punto mayor de la tensión se dio con la decisión de Uruguay de iniciar las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, el cual se encuentra congelado desde la asunción de Lula da Silva como presidente de Brasil.

Desde entonces, la sintonía de Brasilia con el gobierno de Alberto Fernández en Argentina ha permitido avanzar una serie de acuerdos bilaterales, pero con impacto dentro del bloque que Uruguay no acompaña. El mayor punto de fricción es la idea de una moneda común intrabloque, impulsada por el ministro de Economía y candidato del oficialismo en Argentina Sergio Massa, y rechazada de plano por el ejecutivo de Lacalle Pou.

La visión “a la uruguaya” del Mercosur incluye la capacidad de los países miembros de negociar acuerdos bilaterales con naciones extrabloque así como una adecuación de la unión aduanera y la limitación de los aranceles a las importaciones intrabloque.

Este último punto es de especial sensibilidad respecto a Argentina que, de acuerdo a datos del gobierno de Luis Lacalle Pou, tiene frenados cientos de permisos a exportadores uruguayos.