La divisa estadounidense busca dejar atrás una cotización “planchada” de la mano del contexto internacional positivo para su valorización.
El dólar en Uruguay mantiene cierta tendencia alcista, aunque con algunos altibajos menores que han sostenido la cotización por encima de los 38 pesos desde que comenzó setiembre —cuando la divisa estadounidense valía 37,592 pesos. Las expectativas se mantienen optimistas para el tipo de cambio en lo que queda del mes, que se encamina a marcar la mayor suba mensual desde febrero.
Si bien el viernes pasado cerró a la baja, con una caída del 0,24%, el balance semanal del dólar se mantuvo positivo, así como el mensual. Con el comienzo de una nueva semana, las expectativas se mantenían optimistas, y la cotización cumplió: con una suba del 0,43%, la cotización se ubicó en los 38,277 pesos, según los datos del Banco Central del Uruguay (BCU).
Todavía el retroceso en lo que va del año no se recuperó —y es poco probable que llegue a hacerlo este año, en tanto todavía debe recuperar un 4,48% para llegar a los niveles de diciembre de 2022. Y a nivel interanual, la diferencia es todavía mayor, con una caída del 6,33%. Sin embargo, el contexto internacional favorece un escenario local que se incline hacia una tendencia alcista.
Se estancan las tasas de interés pero sube el dólar a nivel global
Lo cierto es que el contexto mundial pareciera favorecer cierta corrección del atraso cambiario en Uruguay, si bien desde ningún sector del país esperan una depreciación importante del peso. Esto puede observarse, por un lado, en la valorización que está experimentando el dólar a nivel global —llegando a máximos en seis meses y medio—, así como el índice dólar —que mide la divisa estadounidense en relación con otras monedas.
De forma paralela, las tasas de interés parecen estancadas en el hemisferio norte, sobre todo en Estados Unidos, donde la Reserva Federal ya mantuvo sin cambios la tasa de referencia hace unos días, y el contexto macroeconómico no indica que se vaya a abandonar la política monetaria restrictiva. Esto empuja a que los inversores vuelvan a ver atractivo al dólar, en tanto sus tasas se mantienen entre un 5,25% y un 5,50%.
En contrapartida, en la región sucede lo contrario: los bancos centrales tienden a la baja de las tasas de interés tras buenos resultados en el control de la inflación, y hacen que sus monedas tengan menos rendimientos para los inversores que, hasta hace algunas semanas, se inclinaban hacia las divisas de mercados emergentes como reemplazo del dólar.
En Uruguay sucede esto mismo, por lo que el alza global de la divisa estadounidense, junto con la baja de la Tasa de Política Monetaria (TPM) por parte del BCU —en los últimos dos meses la recortó en 150 puntos, y se esperan nuevas bajas en el corto plazo—, parecen preparar un buen escenario para la corrección, al menos parcial, del atraso cambiario que afecta, principalmente, la competitividad del país.