Tanques israelíes avanzaron por la periferia de la ciudad de Gaza, en paralelo con una intensificación de los bombardeos que alcanzaron a más de 600 objetivos y mataron a milicianos del movimiento islamista.
Fuerzas terrestres israelíes atacaron ayer a milicianos e infraestructura de Hamás en el norte de la Franja de Gaza, de donde huyeron unos 800.000 palestinos en tres semanas de hostilidades pese a persistentes bombardeos en todo el asediado enclave, informó el Ejército de Israel.
Alentado por el rescate de un primer rehén, el premier israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó los llamados a un alto el fuego y volvió a prometer la destrucción de Hamás por sus ataques en Israel de este mes, que dejaron cientos de muertos, más de 200 secuestrados y desataron la escalada.
Más de la mitad de los 2,4 millones de palestinos de Gaza dejaron sus casas por la violencia, y cientos de miles están refugiados en escuelas administradas por la ONU o en hospitales, junto a miles de heridos. Ataques israelíes han impactado cerca de hospitales del norte de Gaza en días recientes, lo que ha causado alarma entre los médicos, la ONU y a Cruz Roja.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, conocida como Unrwa, dice que 672.000 palestinos están alojados en sus escuelas, cuatro veces más que su capacidad. Miles de ellos irrumpieron en centros de acopio de ayuda y se llevaron comida el fin de semana.
El jefe de la Unrwa, Philippe Lazzarini, acusó a Israel anoche en una intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU de forzar al desplazamiento de palestinos del norte al sur de Gaza y dijo que allí tampoco están a salvo de los bombardeos.
Hamás tomó a 240 rehenes en el ataque de este mes, según un nuevo balance dado por el Ejército israelí, que el lunes anunció haber rescatado al primero de ellos, una soldado que estaba “bien” y que ya se había reunido con su familia. La escalada disparó tensiones ya de por sí altas en Cisjordania, los otros territorios palestinos, que están ocupados por Israel y donde más de 120 personas han muerto en operativos militares o ataques de colonos israelíes desde el 7 de octubre, según el Gobierno autónomo palestino.
La violencia amenaza con extenderse por el resto de Medio Oriente. Israel y milicianos del movimiento islamista libanés Hezbollah han intercambiado disparos a través de la frontera casi a diario, e Israel y Estados Unidos han bombardeado blancos en Siria vinculados a Irán, que apoya a Hamás, Hezbollah y a los rebeldes chiitas hutíes de Yemen. Ayer, los hutíes reivindicaron haber lanzado un ataque con drones contra Israel como acto de represalia por sus bombardeos en Gaza.