La decisión, adoptada en la primera jornada de una cumbre europea y que incluye a Moldavia, ocurre cuatro meses después del inicio de una guerra de Rusia contra Ucrania.

El proceso completo de adhesión a la Unión Europea, que actualmente cuenta con 27 países miembros, puede llevar sin embargo varios años para ser efectivo.

“Es un momento único e histórico en las relaciones entre Ucrania y la UE”, tuiteó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, agregando que “el futuro de Ucrania se encuentra en el seno de la UE”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, cuyo país ejerce la presidencia semestral de la Unión Europea, afirmo que esa decisión envía “una señal muy fuerte” a Rusia.

Los ucranianos “luchan para defender nuestros valores, su soberanía y su integridad territorial, y se lo debemos también a Moldavia, si tenemos en cuenta la situación política de desestabilización que atraviesa”, agregó.

El mandatario francés se refería a las tensiones entre las autoridades moldavas y la región separatista prorrusa de Transnistria, que se agudizaron en las últimas semanas.

Aunque la aprobación de la candidatura es respaldada también por la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE), algunos miembros han mostrado dudas sobre el estatus de Ucrania, lo que avecina un duro proceso de negociación, de años o incluso décadas de duración.

En el frente bélico, Rusia mantiene su intensa ofensiva en la cuenca minera del Donbás, en el este de Ucrania, especialmente en las ciudades gemelas de Severodonetsk y Lysychansk en la provincia de Lugansk.

El gobernador regional, Serguéi Gaidai, aseguró que Severodonetsk vivía “un infierno”. “Nuestros chicos mantienen sus posiciones y seguirán manteniéndose el tiempo que sea necesario”, aseguró.

Con dos tercios de esta ciudad industrial bajo su control, las tropas rusas estrechan el cerco sobre Lysychansk, bombardeando “masivamente” la ciudad “con cañones, misiles, bombas, lanzamisiles…” “Destruyen todo“, lamentó Gaidai.

Ambas ciudades llevan semanas resistiendo la ofensiva de Rusia, que centra ahora su operación en la cuenca minera del Donbás, formada por las regiones de Lugansk y Donetsk y controlada parcialmente por separatistas prorrusos desde 2014.

Tomar estas dos urbes industriales supondría un gran avance en las aspiraciones de Rusia, que ya domina gran parte del Donbás así como vastas extensiones de la costa meridional de Ucrania, incluida la península de Crimea anexionada en 2014.

Por su parte, las autoridades rusas afirmaron que dos drones ucranianos habían bombardeado una refinería de petróleo en la región de Rostov, fronteriza con Ucrania, sin causar víctimas.

En el campo diplomático, las potencias occidentales preparan nuevas acciones para incrementar la presión sobre Rusia.

Un alto funcionario de la Casa Blanca señaló que el presidente Joe Biden y el resto de líderes de las naciones industrializadas del G7 anunciarán nuevas medidas contra Moscú en una cumbre en Alemania el fin de semana.